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Pero Niño, un castellano con patente de corso

 

Pero Niño fue un militar, marino y corsario castellano al servicio del rey Enrique III “el doliente”. Capitán de las galeras castellanas, su actividad se desarrolló por el Mediterráneo y el Atlántico llegando a ser uno de los más grandes aventureros de su época. 

En el Mediterráneo, Pero actuó desde Africa hasta Italia y Cerdeña en contra de los corsarios cristianos que atacaban las naves comerciales castellanas y por el Atlántico, sus expediciones se dirigieron contra la flota y las costas inglesas en apoyo de la marina francesa, dentro de la política de alianzas entre Enrique III y Francia.

 

Figura excepcional, conocemos su vida a fondo gracias a la obra “El Victorial” ,  título de la extensa biografía que le escribió por encargo y por devoción, Gutierre Díaz de Games, alférez bajo su mando. Gracias a este texto, contamos con un relato pormenorizado de las hazañas y avatares que surcaron la vida de este singular personaje.

Nacido en 1378 de familia noble, fue educado en la corte ya que su madre, Ines Lasso, había sido elegida como ama de cría del futuro Enrique III. Pero y el joven Enrique pasaron diez años juntos lo que hizo que su relación fuera muy estrecha. 

 

Su primera participación en un hecho de armas fue durante el sitio de la ciudad de Gijón, hecho este que ocurrió dentro de los enfrentamientos que se produjeron entre la nobleza castellana, durante la minoría de edad de Enrique III. También participa en la guerra contra Portugal, provocada por la ruptura por parte de los castellanos de los pactos de Aljubarrota. Durante esta época tiene lugar su primer matrimonio con Constanza de Guevara con la que tuvo un hijo. 

A comienzos del siglo XV, la difícil situación que se vivía en el comercio marítimo por el Mediterráneo hizo que Enrique III tuviera que tomar cartas en el asunto para mantener a raya a los piratas. Para esta misión, designó a su gran amigo Pero Niño. La expedición de Pero Niño fue en principio una misión policial contra los corsarios cristianos que atacaban los barcos castellanos, robando los cargamentos e infringiendo graves daños económicos al comercio marítimo.  Estos corsarios era mantenidos casi siempre por grandes poderes. En este caso, los corsarios estaban bajo la protección de Benedicto XIII, el “Papa Luna”.

 

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Pero el joven capitán Niño, aprovechando las circunstancias de su msisón, terminó convirtiéndose el mismo en corsario castellano contra las costas africanas las cuales atacó y saqueó. El episodio principal fue el ataque a la ciudad de Tunez que reportó a Pero un valiosísimo botín.

Enrique III había sido siempre un tradicional aliado de la corona francesa pero se encontraba estrechamente ligado a Inglaterra por su matrimonio con Catalina de Lancaster. Trataba de mantener una tensa paz en el Canal de la Mancha que en esa época era una ruta habitual para los barcos castellanos que navegaban hacia Flandes. Inglaterra había comenzado en esa época con su habitual pillaje mediante la piratería, que continuaría durante mucho tiempo y que causaría grandes estragos. Enrique III finalmente tuvo que presentar quejas formales en Londres que de nada sirvieron gracias a la facilidad que tenían los bucaneros ingleses para “desobedecer las órdenes del monarca inglés” (estaba claro que estos actuaban con el consentimiento y el beneplácito de la realeza). Por otro lado, con la llegada al trono de Inglaterra de Enrique V, se habían reanudado los enfrentamientos entre Inglaterra y Francia dentro del ámbito de la Guerra de los Cien Años. Carlos VI (rey de Francia en ese momento), pidió ayuda al rey de Castilla para hacer frente a la invasión del ducado de Guyena por el rey inglés. Enrique, fiel a su alianza francesa y deseoso de dar su merecido a los corsarios ingleses e imponerles un duro castigo, envió para esta campaña a Pero Niño.

Niño llega a la Rochelle y dese allí se dirige a Burdeos saqueando y robando todo aquello que fuera propiedad de los ingleses. Es aquí donde conoce a Charles de Savoisy, influyente caballero francés que se encontraba desterrado de la corte de Francia y al que le unían intereses similares contra los ingleses, por lo que ambos terminaron aliándose en sus empresas de piratería, que finalmente se extendieron más allá de lo indicado por el rey Enrique III a Pero Niño. La alianza corsaria franco-castellana atacó las costas de Cornualles y casi todo el sur de Inglaterra. Después se dirigieron al señorío de Poole, propiedad del  pirata inglés Harry Pay (Arripay para los castellanos), conocido por sus incisivos ataques a naves y poblaciones francesas y castellanas. Con el aliciente de cobrarse venganza ante tamaño enemigo en su propio feudo, la escuadra se situó frente al puerto una mañana de finales de septiembre de 1405. Savoisy desaconsejó el desembarco. Pero Niño se negó en rotundo a desistir y el capitán castellano decidió realizar la operación con sus propias fuerzas. Mandó a sus hombres en botes con órdenes de quemar cuanto pudieran sin detenerse a tomar botín, y así lo hicieron, recorriendo el trecho que separaba la orilla del pueblo. Los defensores pretendieron ocupar precisamente ese tramo de tierra para obstaculizarles la retirada, por lo que tuvieron que retroceder. Niño hizo desembarcar un segundo grupo al frente de su primo Fernando, que unido al anterior, derrotó a la avanzadilla inglesa y continuó con la quema de toda la aldea. 

La retirada se complicó por un nuevo acoso enemigo y Niño hubo de bajar a tierra con el contingente de reserva. Aun así la pelea fue muy reñida, y la llegada de refuerzos rivales puso en serio peligro a los castellanos. Especialmente dañinos eran los arqueros, cuya acción continuada acabó por cubrir el suelo de flechas. Viendo los graves apuros que pasaban sus aliados, Savoisy acudió a socorrerlos con sus hombres, haciendo huir a los ingleses y posibilitando al fin el reembarco. Harry Pay no se encontraba ese día en Poole, pero sí su hermano, quien murió durante la jornada.

 

Una vez a salvo, los oficiales se reunieron a deliberar que hacer a continuación. Todos coincidieron en que, dado que ya había entrado el invierno, lo más oportuno era dar por terminada la campaña y regresar a Francia. Niño aceptó la decisión, pero dijo que antes quería ver Londres. Los marinos franceses, que consideraron lógicamente que aquella era una idea descabellada, le condujeron hasta Southampton haciéndole creer que se trataba de la capital inglesa. Seguramente ni Pero Niño ni Díez de Games descubrieron nunca el fraude.

La escuadra decide pasar el invierno descansando cerca de Ruán donde vivía el anciano caballero Renaud de Trie. Renaud era un noble francés muy poderoso y rico de avanzada edad, que vivía ya retirado dedicado únicamente a los placeres mundanos. Este, al conocer de las andanzas de Pero Niño, lo invitó a su castillo. Pero aceptó su oferta y pasó allí tres días rodeado de lujo y diversiones. Aquí conoce a la joven y bella esposa del noble Trie, de la que se enamora profundamente al punto de llegar incluso, después del fallecimiento de su esposo, a hablar con el padre de ella para concertar su matrimonio comprometiéndose los novios a esperar dos años antes de casarse. Sin embargo, Pero Niño, llegado el momento de cumplir su promesa de matrimonio, prefirió volver a Castilla para luchar en la guerra de Granada. Finalmente Pero nunca cumplió su compromiso.

Desde Ruán, Pero se dirige a la corte de Carlos VI en París. Aquí es agasajado por los duques de Borgoña y Orleans y participa en torneos y justas donde demuestra su gran destreza y habilidad con las armas ganándose la admiración de toda la corte.

Después de algunas correrías más por las costas inglesas, Pero recibe la orden de volver a Castilla. A su llegada, es armado caballero por el propio rey Enrique que posteriormente fallece. Castilla entra así en un período de inestabilidad por la minoría del heredero de Enrique, Juan II. La regencia la ostenta su tío Fernando de Antequera, llamado así por su victoria contra los musulmanes en esa plaza en 1410. Fernando, posteriormente será coronado rey de Aragón.

Fernando propone a Pero Niño como embajador en Francia pero él prefiere acudir a la campaña contra Granada obteniendo una gran actuación militar. 

A su vuelta a la corte castellana, Pero conoce a la que sería su segunda esposa, Beatriz de Portugal. Beatriz era hija del infante Juan de Portugal, refugiado en la corte de Castilla y de Constanza de Castilla, hija bastarda de Enrique II. Parece ser que durante una justa celebrada en Valladolid, Beatriz celebró hondamente la actuación de Pero. Estos comentarios llegaron a oídos del caballero que no cejó en su intento de conquistarla. Finalmente Beatriz accedió a casarse con Pero. Su boda tuvo que celebrarse en secreto puesto que el regente Fernando tenía otras intenciones políticas para casar a Beatriz. El matrimonio secreto de Beatriz y Pero al final fue descubierto, y los novios tuvieron que enfrentarse a la ira del Regente. Beatriz mostró una actitud firme hacia su decisión y se negó en rotundo a cualquier otro matrimonio. Finalmente los novios fueron perdonados y se celebró su boda oficial.

Pero participa en la conspiración de los infantes de Aragón para hacerse con el gobierno de Castilla y esto le cuesta el exilio en Aragón.

Pero Niño obtiene el perdón real por intercesión de don Álvaro de Luna (valido del rey Juan II) al parecer necesitado de fidelidades incondicionales como (y se iba a demostrar en adelante) sería la de Pero Niño. Este permaneció fiel y leal al servicio de la corona hasta una edad bastante avanzada (más de setenta años).

Por sus servicios a la corona, Pero obtiene del rey Juan II el condado de Buelna. Tras un tercer matrimonio tras la muerte de Beatriz, Pero Niño fallece sin descendencia masculina que le sobreviviese. 

Bibliografía:

Wikipedia

El caballero en el mar: don Pero Niño, conde de Buelna, entre el Mediterráneo y el Atlántico 

Rafael Beltrán

Universitat de València 

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