John Talbot, primer conde de Shrewsbury y de Waterford, fue un comandante militar inglés que participó durante la Guerra de los Cien Años al servicio de Enrique V y posteriormente de su hijo Enrique VI. Fue tal el éxito que tuvo en las campañas en Francia que fue considerado como invencible y se le conoció con el sobrenombre del “Aquiles inglés”.
Talbot era un soldado audaz y agresivo, quizás el mejor soldado de su época. Siempre estaba dispuesto a entrar en batalla. Su marca personal en la guerra eran los ataques rápidos y por sorpresa al enemigo. Como recompensa a sus éxitos militares, fue nombrado en 1445 Condestable de Francia por Enrique VI (que en esos momentos era el rey por el tratado de Troyes). En Inglaterra fue ampliamente reconocido como el mejor general que el rey Enrique VI tenía.
Talbot participó entre otros en el sitio de Orleans dónde coincidió con Juana de Arco. El 18 de junio de 1429, los ejércitos inglés y francés se encontraron frente a frente en la ciudad de Patay. En esta ocasión, Talbot se vuelve a encontrar con Juana de Arco. El ejército inglés que estaba al mando de Talbot y Fastolf fue cogido por sorpresa por los franceses que los descubrieron antes de que terminaran de montar su posición, gracias a un ciervo que pasaba por el lugar. Los ingleses, en su deseo de cazarlo para comerlo, gritaron a sus compañeros más cercanos para que lo atraparan, pero el grito delató su posición a los franceses. Considerando la situación con calma, Fastolf recomendó la retirada para evitar un enfrentamiento que sería una derrota segura. Talbot no accedió, pensaba que como siempre en la guerra de los Cien Años, unos pocos ingleses podrían derrotar a los franceses al estilo de Crècy , Poitiers y Agincourt, y por tanto decidió combatir. Aunque Talbot lucho valientemente, los ingleses perdieron la batalla. Talbot fue hecho prisionero y Fastolf consiguió escapar a París, por lo que fue acusado de cobardía y cayó en el mayor descrédito, a tal punto que Juan duque de Bedford, hermano de Enrique V y tío del rey, lo culpó por la derrota y le quitó su rango de caballero de la orden de la Jarretera. Finalmente, en 1442, una investigación convocada por la propia Orden de la Jarretera ante la insistencia de Fastolf, falló a favor de este y fue honorablemente restablecido como caballero en la orden.
Liberado por los franceses después de cuatro años de cautiverio, participó de nuevo en el asedio de la ciudad de Ruán en 1449 en donde volvió a ser hecho prisionero. Entre las condiciones que se le impusieron esta vez para su liberación, estaba su compromiso de que nunca más volvería a llevar una armadura contra el rey de Francia de nuevo, y fue fiel a su palabra. Sin embargo, a pesar de que no luchó personalmente, continuó comandando las fuerzas inglesas contra los franceses.
Fue designado por Enrique VI para la tarea de defender el ducado de Aquitania.
Fue derrotado y muerto en julio 1453 en la Batalla de Castillon, cerca de Burdeos, que puso fin al dominio inglés en el ducado de Aquitania, una de las principales causas de la Guerra de los Cien Años.
La derrota de Talbot dejó toda la zona de Guyana sin un solo ejército inglés capaz de defenderla. Las ciudades gasconas se rindieron una tras otra a la artillería francesa y, cuando Burdeos volvió a capitular ante Carlos VII, la parte militar de la guerra de los Cien Años había, de hecho, concluido.
La batalla de Castillon representa, por tanto, el último hecho de armas de la guerra, y la primera de la historia europea en que los cañones decidieron el destino de un combate (y de una guerra).
En ese mismo año, el rey Enrique VI de Inglaterra comenzó a manifestar claros signos de demencia, lo que precipitó el estallido de la guerra civil inglesa conocida como guerra de las dos Rosas.
Ante esta grave circunstancia, los ingleses debieron retirar sus tropas acantonadas en Francia y renunciar a todas sus pretensiones territoriales en el continente y a sus reclamaciones sobre el trono francés. Todas sus posesiones les fueron arrebatadas en escasos meses, excepto Calais.
Los generales franceses victoriosos levantaron un monumento a Talbot en el campo llamado Notre Dame de Talbot y un cronista francés comentó de él:
"Ese fue el final de este famoso y reconocido líder de Inglés que durante tanto tiempo había sido una de las espinas más formidables en el lado de los franceses, que lo miró con terror y consternación" - Mateo d’Escourcy.
Su corazón fue enterrado en la puerta de la iglesia de San Alkmund, Whitchurch, Shropshire.