Entre las espadas que pertenecieron a Fernando III de Castilla, la más conocida es la expuesta en la Capilla de la Virgen de los Reyes de la catedral de Sevilla junto a los restos del rey. Llamada Lobera, Fernando III la portaba al emprender la campaña contra los musulmanes y durante la capitulación de Sevilla en 1248,
Existe otra espada, también llamada Lobera e igualmente atribuida a Fernando III el Santo, custodiada por Patrimonio Nacional en la Armería de Palacio Real de Madrid.
La espada Lobera se exhibe y procesiona en las celebraciones religiosas y conmemorativas de la reconquista de Sevilla por dicho rey. Según dispuso Alfonso X en 1255, cada 23 de noviembre, festividad de San Clemente, se conmemora la toma de Sevilla con una procesión solemne, llamada de Tercias o de la "Espada", en la que el Rey, o el Asistente en Sevilla en su representación, actualmente el Alcalde, porta la Lobera y el concejal más joven del ayuntamiento porta el Pendón de San Fernando. Ambos son acompañados por los dos cabildos, municipal y eclesiástico y por la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando. Esta procesión discurría en sus inicios por las gradas altas de la Catedral de Sevilla, haciéndolo en la actualidad por las naves del templo.
Era el símbolo de poder de Fernando III, y así aparecerá en muchos grabados con espada y orbe en mano, en vez del tradicional cetro. Es una espada de hoja plana y dos filos, que mide 0,854 m de largo y 0,053 m por la parte más ancha, disminuyendo, casi insensiblemente, hasta terminar en punta redonda.
El origen de su nombre no está muy claro. Se discute si es un nombre propio o si es el nombre un tipo de espada llamada así porque se llevaba con una vestimenta llamada loba o bien porque era una espada de caza.
La leyenda cuenta que la legendaria espada había pertenecido al conde de Castilla Fernán González y que el rey Fernando, en su juventud, acudió al monasterio de San Pedro de Cardeña, donde se hallaba el sepulcro del conde castellano y obtuvo su espada. La misma historia fue también recogida por el célebre escritor don Juan Manuel, (nieto de Fernando III), en su “Libro de los ejemplos del conde Lucanor y de Patronio”. En el cuenta que la espada pertenecía originariamente al conde Fernán González (héroe épico del Poema de Fernán González), y que en su lecho de muerte, Fernando III dirigiéndose a su hijo menor, el infante D. Manuel, le dijo: «non vos puedo dar heredad ninguna, mas dovos la mi espada Lobera, que es cosa de muy grand virtud et con que me fizo Dios a mi mucho bien».
Sin embargo, no existe mucho fundamento histórico en esta leyenda. Se cita que el sepulcro del conde estaba en San Pedro de Cardeña cuando en realidad se encontraban en ese momento en el monasterio de San Pedro de Arlanza. Por otro lado, se sabe que tanto esa espada como las otras atribuidas también a Fernando III son del siglo XIII por lo que ninguna pudo pertenecer al conde castellano que vivió en el siglo X.
<< Nuevo campo para texto >>