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El legado de la Carta Magna. 

 

Artículo 39 de la Carta Magna

 

 

 

“Ningún hombre libre podrá ser detenido o encarcelado o privado de sus derechos o de sus bienes, ni puesto fuera de la ley ni desterrado o privado de su rango de cualquier otra forma, ni usaremos la fuerza contra él ni enviaremos a otros que lo hagan, sino en virtud de sentencia judicial de sus pares y con arreglo a la ley del reino”

 

En 1215, Juan I más conocido como Juan sin Tierra es el rey de Inglaterra. Juan ha sido probablemente, el peor rey que haya tenido nunca ese país. Después de él, ningún otro rey ni heredero al trono ha sido llamado de la misma forma. El motivo fundamental (entre muchos otros), por el que Juan fue tan odiado por sus súbditos, era la elevada carga de impuestos que la población tenía que afrontar para permitirle mantener un ritmo de vida altamente lujoso y hacer frente a las continuas guerras que mantenía en el continente para salvaguardar las posesiones francesas heredadas de sus padres, Enrique II y Leonor de Aquitania (posesiones que llegaría a perder casi en su totalidad). Si alguno de sus nobles se negaba a pagar los impuestos, este era castigado con la confiscación de todos sus bienes e incluso con la propia muerte.

Llegó un momento en que la opresión de su reinado era tan fuerte que los barones del reino se rebelaron y tomaron Londres obligando al rey Juan a negociar con ellos. Los dos bandos se reunieron en Runnymede  (cerca de Londres) para llegar a un acuerdo. Los nobles exigían al rey Juan como punto fundamental, obedecer las leyes y respetar los derechos humanos. El rey, que en esos momentos no tenía otra alternativa si quería seguir gobernando Inglaterra, acepto las propuestas de los barones y estas se recogieron en un documento llamado “Magna Carta” (en latín).  Aunque posteriormente y contando con el beneplácito del Papa, Juan se retractó de lo firmado aduciendo que lo había hecho bajo coacción, finalmente su sucesor Enrique III y su hijo Eduardo (futuro Eduardo I), comprendieron la necesidad de contar con el apoyo de los nobles para su gobierno y ratificaron definitivamente la Carta Magna.

La Carta Magna recoge un conjunto de reclamaciones realizadas por los barones de Inglaterra que a los ojos del siglo XXI, no resulta tan liberal como pueda parecer, pues en realidad solo era aplicable a una pequeña parte de la población inglesa, los hombres libres. Será el Bill of Rights de 1628 el documento que reconozca los derechos no de los nobles por ser nobles sino de los ingleses por ser ingleses y habrá que esperar hasta la Declaración de Derechos de Virginia de 1776 y, posteriormente, a la Declaración de la Asamblea Francesa de 26 de agosto de 1789 para que unos documentos reconozcan los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Sin embargo, esta fue la primera vez que en Inglaterra se consiguió que la autoridad real, que se suponía era dada directamente por Dios al rey, estuviera limitada y sometida a la decisión de un consejo de nobles. La Carta Magna supuso por tanto, el inicio de un nuevo modelo de gobierno que actualmente se conoce como monarquía parlamentaria (aunque ésta, como la conocemos actualmente, se creo bastante después). Lo más importante que se consiguió en ese momento fue limitar las acciones del rey, que ya no podía hacer nada por su propia voluntad y tenía que someter sus decisiones a su consejo de nobles. 

En España, existen dos precedentes a la Carta Magna: son las Cortes de León de 1188 y las Cortes Catalanas de 1192 que tienen una importancia comparable y que en algunos aspectos, fueron más allá de la Carta Magna. Sin embargo, no han tenido la relevancia que se merecían y apenas son conocidas.

En 1776, los colonos que habían partido de Inglaterra hacia el Nuevo Mundo empezaron a desencantarse del gobierno central del rey Jorge III, que les obligaba a aceptar unas leyes hechas en Inglaterra, sin que ningún representante suyo hubiera participado en su creación, para defender sus derechos y sus especiales circunstancias. Estaban además sometidos a elevados impuestos que en su mayoría se destinaban a la metrópoli, sin que ellos pudieran sacar algo de provecho.  Recordaron entonces los principios básicos de la Carta Magna y como los barones habían luchado por sus derechos y en base a ella, redactaron la Declaración de Independencia Americana cuya idea principal es que todos los hombres son creados iguales y que los ciudadanos tienen una serie de derechos que los gobiernos no pueden en ningún caso violar. Estos derechos incluyen el derecho a la vida, a la libertad y a la consecución de la felicidad. La Declaración de Independencia también consideraba que el no respeto de estos derechos por parte Inglaterra legitimaba por tanto a los ciudadanos de las colonias a rebelarse contra su propio gobierno.

El principio de igualdad promovido por la Carta Magna fue también utilizado por el movimiento obrero para defender la consecución del sufragio universal. Este movimiento, que reclamaba los derechos de la clase obrera, recopiló una lista de demandas en una moderna Carta Magna que incluía el derecho al voto y el derecho a estar representados en el parlamento. Posteriormente, las sufragistas basaron también su protesta y su reclamación del voto femenino en el principio de igualdad contenido en la Carta Magna así como, tanto  Mathama Gandhi como Nelson Mandela, lo utilizaron para legitimar su lucha pacífica por la igualdad de todas las personas y por el fin de la discriminación racial.

Finalmente en 1948, ante los desastres humanitarios que se produjeron durante la Segunda Guerra Mundial, la primera dama estadounidense Eleanor Roosevelt, inspirada en los principios de libertad e igualdad, colaboró en la creación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU con la esperanza de que se convirtiera en la Carta Magna internacional de todos los hombres del mudo. En la actualidad, en muchos lugares del planeta, todavía se lucha por conseguir los derechos y libertades que inicialmente fueron recopilados en la Carta Magna. Aunque muchas de las cláusulas de este documento que se firmó en 1215 tienen que ver con usos y costumbres medievales y estos derechos solo afectaban a las personas libres (no a los esclavos y siervos que eran la mayoría de la población en esa época), la Carta Magna se ha convertido en un poderoso símbolo de libertad que ha inspirado, como hemos visto, importantísimos movimientos en favor de la libertad, la igualdad y los derechos de los ciudadanos.

 

Fuente: Exploring the Magna Carta, British Council

    Wikipedia

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