1- Nace en el palacio de Oxford el 8 de septiembre de 1157. Fue el tercer hijo varón de Enrique Plantagenet, rey de Inglaterra, duque de Normandía y conde de Anjou y de Leonor de Aquitania, duquesa de Aquitania y condesa de Poitiers.
A la edad de 15 años, su madre Leonor le cede su ducado de Aquitania convirtiéndose en su duque. Durante esta época, Ricardo tiene que hacer frente a numerosas sublevaciones de sus barones ganándose en esas batallas su calificativo de Corazón de León y una reputación de guerrero invencible.
2- Durante largo tiempo, el heredero de la corona de Inglaterra fue su hermano mayor Enrique conocido como “el joven”. Fue coronado rey en vida de su padre Enrique II pero solo a efectos testimoniales ya que nunca ostentó ningún poder efectivo. Enrique, fue un gran guerrero muy aficionado a las justas y los torneos. Fallece a la edad de 27 años convirtiéndose así Ricardo en el nuevo heredero.
Sin embargo, Ricardo no quiere sustituir a su hermano en su papel de rey sin autoridad y mucho menos renunciar a su ducado de Aquitania tal y como su padre pretendía.
Enrique II, a pesar de coronar a sus hijos en vida, no estaba dispuesto a ceder ni un ápice de su poder. Además, desconfiaba plenamente de su hijo Ricardo por sus arranques de cólera, su temperamento independiente y su cercanía y afecto por su madre Leonor (enemiga implacable de Enrique). Por otro lado, Enrique quería dar protagonismo a su hijo menor Juan que se había quedado sin tierras ni herencia en el reparto inicial.
La muerte de Enrique el joven convierte a Ricardo en heredero de la corona inglesa. Ante esto, su padre quiere cederle el ducado de Aquitania a Juan, conocido como Juan Sin Tierra, que inicialmente no había recibido nada. Ricardo se niega y al ser Aquitania feudo de su madre Leonor, Enrique no puede hacer nada. Finalmente cede a Juan Irlanda recientemente conquistada.
3- La relación entre los reyes de Inglaterra y Francia fue siempre muy complicada desde de la conquista de Inglaterra por los Normandos. Al tener los nuevos reyes de Inglaterra posesiones en Francia, tenían que rendir vasallaje por esos territorios al rey, y muchas veces someterse a sus decisiones en cuestiones de arbitraje entre vasallos. Esto era inadmisible para los reyes ingleses que muchas veces tenían mas posesiones y tierras que el propio rey de Francia. La situación se hizo todavía mas difícil con la llegada al trono de Inglaterra de los Plantagenet. Enrique II, padre de Ricardo, y Luis VII de Francia se odiaban por varios motivos. Uno de ellos era que Enrique era el vasallo mas poderoso de Luis VII y este anhelaba conquistar sus territorios y anexionarlos a la corona, el otro era que Enrique se había casado con la exmujer de Luis, Leonor de Aquitania y así había incorporado a su dominio los de Leonor que comprendían Aquitania y Poitiers.
En un principio, Luis se valió de la enemistad de Ricardo con su padre y apoyó en su propio beneficio las revueltas de este. Ricardo fracasó siempre en sus intentos de rebelarse contra su padre y en esas ocasiones difíciles siempre buscaba el apoyo del rey de Francia. Lo que en un principio parecía una profunda amistad, terminó totalmente cuando Ricardo fue coronado rey de Inglaterra. La enemistad se extendió al sucesor de Luis, Felipe Augusto. Hasta tal punto llegó la situación que esta perjudicó mucho su participación en la Tercera Cruzada.
4- Durante mucho tiempo, Ricardo estuvo comprometido con Aelís o Adela de Francia, hija de Luis VII y su segunda mujer Constanza de Castilla.
En el momento de su compromiso, Aelís contaba con tan solo nueve años. Fue enviada a la corte de Enrique II para esperar el momento en que pudiera casarse con Ricardo, ya que Enrique quería a toda costa hacerse con las tierras que constituían su dote. Enrique II era bien conocido por su fama de mujeriego y no tardó mucho tiempo en hacer de Aelís su concubina, motivo por el cuál Ricardo nunca se casó con ella. El tiempo pasaba y el matrimonio no se consumaba con el consiguiente enfado de Luis VII. La situación se tornó mas complicada. Por un lado, Ricardo no quería casarse con ella porque era la amante de su padre. Por otro lado, Enrique II no quería devolverla ni prescindir de ella y, ni mucho menos, renunciar a su sustanciosa dote que incluía importantes territorios en Francia. Esto supondría un punto de fricción muy importante entre Luis VII y Enrique II primero y posteriormente entre Ricardo y Felipe Augusto, hijo y sucesor de Luis VII y hermano de Aélis.
5- En 1187, el rey de Jerusalem Guido de Lusignan, rey por su matrimonio con Sibila, hermana de Balduino IV el rey leproso, es derrotado por las tropas de Saladino y Jerusalen y la reliquia de la Santa Cruz caen en manos de los musulmanes.
Se predica entonces la Cruzada en Tierra Santa. Enrique II hacía tiempo que había hecho votos para acudir pero no confía en absoluto en su familia como para dejarlos solos. Luis VII ha fallecido y el trono está ahora ocupado por su hijo Felipe Augusto. Este tampoco desea irse puesto que la situación de su reino es complicada. Ricardo es el único que toma la cruz y se compromete a luchar con los infieles. Esta decisión despierta las reivindicaciones de Felipe para que Ricardo se case con su hermana pero este no está dispuesto, lo que origina un grave conflicto entre los dos. Finalmente, los monarcas se reconcilian y prometen ir juntos a la Cruzada. Para hacer frente a los enormes gastos que esto va a acarrear, se promulga un nuevo impuesto al que se conoce como Diezmo de Saladino y que obliga a quien no participe en la cruzada a entregar un diez por ciento de sus ingresos y bienes. Finalmente ninguno acude iniciándose un nuevo enfrentamiento.
6- Al fallecimiento de Enrique II, Ricardo es coronado rey de Inglaterra en 1189. El pueblo inglés lo recibe al principio con alegría y entusiasmo, cansado del reinado de su padre y de sus excesos. Pero la alegría les duraría poco. Ese mismo año, Ricardo abandona Inglaterra para dirigirse a la Tercera Cruzada. Ricardo necesita mas dinero para sufragar todos sus gastos. Lo recaudado con el Diezmo de Saladino se ha utilizado en las múltiples guerras y contiendas que Ricardo tiene con sus barones y vasallos y casi no queda nada. Es necesario obtener nuevos ingresos para lo cual este se propone vender todo lo que pueda, castillos, títulos nobiliarios… llega incluso a exigir grandes sumas de dinero a los barones fieles a su padre para mantenerlos en sus cargos. Esta gravosa carga recae fundamentalmente en sus dominios ingleses por lo que su figura empieza a ser muy impopular para sus súbditos en Inglaterra.
La partida de Ricardo a Tierra Santa plantea otro gran problema. Ricardo desconfía profundamente de su hermano Juan, siempre había dicho que no iría a la Cruzada sin él, pero Ricardo no puede arriesgarse a que su único heredero fallezca y la corona recaiga en Arturo de Bretaña, hijo de Godofredo Plantagenet hermano mayor de Juan y menor de Ricardo, ya que este había sido educado en Francia y era muy amigo de su mortal enemigo Felipe Augusto.
Finalmente, tanto el rey de Inglaterra como el de Francia parten hacia Tierra Santa y Juan se queda en Inglaterra bajo la supervisión de su madre Leonor. Durante el camino, diversos episodios agravarán aún mas los conflictos y la enemistad de los dos reyes.
Los Cruzados tienen que detenerse en Sicilia donde pasarán las navidades en espera de que el tiempo mejore y les permita proseguir su camino.
Es en este momento cuando se produce una extraña ceremonia que impresionó a los contemporáneos de Ricardo y suscitó mucha polémica entre los historiadores.
Se trata de la ceremonia de arrepentimiento de Ricardo por su conducta inmoral, en la que este confiesa un pecado claramente de orden homosexual del que se sentía sumamente culpable y que quería expiar antes de arriesgar su vida en la Cruzada.
En esa misma época, llegaron a Sicilia Leonor y Berenguela de Navarra, quien será la futura esposa de Ricardo. Finalmente, Ricardo consigue deshacer su compromiso con Aélis, aduciendo que esta había sido durante mucho tiempo la concubina de su padre, acusación por otro lado perfectamente justificada. La boda con Berenguela se celebra en Limasol (Chipre) el 12 de mayo de 1191.
7-Finalmente, los cruzados llegan a la ciudad de Acre y le ponen sitio. La enemistad de Ricardo con Felipe Augusto de Francia se hace cada vez mas intensa hasta llegar al punto de no hacer el ataque conjunto a Acre tal y como lo habían planeado. Después de un largo asedio en el que tanto el rey de Francia como Ricardo cayeron enfermos, la ciudad se rinde.
Es aquí cuando ocurre un hecho que tendrá posteriormente importantes repercusiones para Ricardo. Uno de los jefes cruzados alemanes, Leopoldo de Austria, al entrar con las tropas cruzadas en Acre, puso su estandarte junto al de los tres reyes combatientes (Francia, Inglaterra y Jerusalén) como también habían hecho algunos otros príncipes. Los hombres de Ricardo, por orden suya, ya que su estandarte no podía estar al mismo nivel que el de los tres reyes, lo arrancaron y lo arrojaron por encima de las murallas. Leopoldo se sintió terriblemente humillado y como no obtuvo reparación, dejo la cruzada y volvió a su casa.
Si bien en esa época Leopoldo no tenía apenas peso político en comparación con los reyes de Francia e Inglaterra siendo un simple vasallo, él había llegado primero que estos a Tierra Santa y llevaba participando en el sitio de Acre desde el inicio del mismo en la primavera de 1191. Aunque al no tener la misma categoría que Ricardo y Felipe Augusto, Leopoldo no podía enarbolar su bandera sobre la muralla, la reacción de Ricardo no fue de ningún modo la adecuada. La acción de Ricardo fue una humillación gratuita y pública hacia quienes habían luchado con él, que provocó que numerosos príncipes, nobles y gente corriente que habían sufrido allí durante mucho tiempo, se sintieran humillados.
8-Después de la toma de Acre, Felipe Augusto totalmente enemistado con Ricardo decide volver a Francia y abandonar la cruzada. Antes de partir, Ricardo le hace jurar que no atacará sus tierras ni le molestará mientras permanezca en la cruzada. Una vez de vuelta, Felipe no dejará de urdir un plan tras otro para perjudicar a Ricardo y arrebatarle sus posesiones francesas tan anheladas. Ricardo tampoco se deja engañar por el juramento del rey de Francia por más que este haya sido hecho con la mano sobre los evangelios. A pesar de que sabe que Felipe tramará algo contra él y sus dominios, Ricardo se queda en la cruzada ávido de conseguir proezas militares al servicio de Dios y de aumentar su gloria personal.
Gracias al sitio de Acre, Ricardo consigue una gran fama como estratega militar. Pero a pesar de esta favorable situación, las fuerzas y los suministros escasean, por lo que renuncia a la conquista de Jerusalén. Sin poder conquistar Jerusalén y después de acordar un pacto no muy ventajoso con Saladino, Ricardo deja Acre el 9 de octubre de 1192.
9- La cruzada no ha sido para nada un éxito militar, el objetivo fundamental que era reconquistar Jerusalén y recuperar la Santa Cruz no se ha conseguido. Ricardo anhela regresar rápidamente a sus territorios para evitar las revueltas de sus barones y de su propio hermano Juan promovidas por Felipe Augusto. Se embarca rumbo a Marsella pero una tempestad lo aleja de su destino. Como no puede atravesar Francia por tierras de los vasallos de Felipe Augusto, Ricardo prefirió retornar de incógnito por tierras alemanas hasta llegar a Sajonia, cuyo duque Enrique el León, es el esposo de su hermana Matilde. Ricardo viaja bajo el sobrenombre de Hugo, mercader que vuelve de Jerusalén. Al pasar por uno de los territorios alemanes, pide al señor de la región un salvoconducto y le envía un anillo de oro con rubíes para facilitar su petición. Desgraciadamente, el señor es vasallo del duque Leopoldo de Austria a quien Ricardo había humillado en Acre. El vasallo reconoce el anillo pero le permite pasar no si antes avisar de su descubrimiento. Llegan a Viena donde deciden descansar pues Ricardo está enfermo y cansado. El comportamiento poco discreto de sus sirvientes despierta las sospechas de los lugareños y finalmente es capturado por el duque Leopoldo.
Leopoldo no sólo quería vengarse de Ricardo por su humillación en Acre si no que ansiaba la recompensa económica que podía conseguir por su liberación a pesar de que sabía que su captura le acarrearía graves sanciones y castigos por parte de la iglesia ya que Ricardo, en su condición de cruzado y peregrino a Tierra Santa, estaba protegido. Así, Leopoldo fue excomulgado por el Papa. Se dice que además fue castigado por Dios en vida ya que después de la captura de Ricardo, sus territorios sufrieron graves catástrofes. Incluso él mismo tuvo una muerte atroz. En su lecho de muerte se arrepintió de sus actos y juró devolver la parte del rescate de Ricardo que todavía tenía y liberar a los rehenes que conservaba. Murió y su cuerpo quedó sin sepultar durante mucho tiempo pues sus herederos se negaron a cumplir las promesas de su padre y por tanto, no se pudo anular la excomunión que prohibía su entierro en lugar sagrado.
La leyenda del secuestro de Ricardo cuenta que este estaba cautivo en un lugar secreto y desconocido sin embargo nada mas lejos de la realidad. Los captores del rey no pretendieron en ningún momento ocultar su hazaña, es mas, la hicieron notoriamente pública para conseguir vender su presa al mejor postor. Este no es otro que el emperador Alemán Enrique VI quien lo compra y lo retiene posteriormente con el beneplácito y agradecimiento de Felipe Augusto. Este, aprovecha su cautiverio para preparar una alianza con Juan Sin Tierra y quedarse así con las posesiones francesas de los Plantagenet.
La suma del rescate que el emperador de Alemania pide por Ricardo es inmensa. Nuevamente es Leonor su madre quien tiene que ponerse a la tarea de conseguirla. Para ello, se aprueban nuevos impuestos muy gravosos sobre todos los habitantes del reino incluidos los eclesiásticos. Esto provoca que la iglesia tenga que vender parte de sus tesoros para hacer frente al pago con el consiguiente enfado del clero.
10- Después de numerosas negociaciones por parte de Leonor por un lado para conseguir la liberación de Ricardo, y de las presiones de Felipe Augusto por otro lado para evitarla, finalmente Ricardo es liberado el 4 de febrero de 1194. Llega a Inglaterra y después de vencer a los barones reacios a su vuelta, se hace coronar de nuevo rey de Inglaterra sin la presencia de su esposa Berenguela.
No permanece mucho tiempo en Inglaterra. Ricardo es profundamente francés y su deseo primordial es mantener y recuperar sus posesiones francesas y vengarse de sus enemigos (nuevamente vemos como Ricardo antepone sus intereses personales a su deber como rey de Inglaterra). Para colmo, aprueba nuevos impuestos en Inglaterra y los usa para sus intereses franceses. Con su nuevo ejército reclutado con los impuestos de sus súbditos ingleses, se marcha a Francia. El rey de Inglaterra no volverá a pisar suelo inglés. Durante todo su reinado, Ricardo no pasó mas de ocho meses en Inglaterra.
A su llegada a Francia es recibido con gran alegría por la población de Normandía, ducado que había sido conquistado por Felipe Augusto durante el cautiverio de Ricardo con el apoyo de su hermano Juan.
Ricardo dedica todo su tiempo a recuperar sus posesiones, reconquistando Normandía, y a castigar a sus vasallos insurrectos.
En una escaramuza sin importancia en el sitio del castillo de Chalus-Chabrol, Ricardo se acerca a la muralla sin armadura ni protección en un alarde de bravuconearía. Un disparo de ballesta de un humilde soldado le acierta en el hombro. Lo que en un principio parecía una herida leve como tantas otras que había recibido el rey León, se convierte en la causa de su muerte al infectarse .
Ricardo muere el 6 de abril de 1199 a la edad de 42 años.
Le sucede su hermano Juan sin tierra. A pesar de que el cine y la literatura nos han presentado siempre a Ricardo como un buen rey y a Juan lo han ridiculizado y vilipendiado como lo demuestra la imagen del rey Juan en la película de Disney Robin Hood, Juan sin tierra fue un rey mucho mas importante en la historia de Inglaterra que su hermano no solo porque reinó mas años y con mas presencia y dedicación a los asuntos ingleses que Ricardo, sino que todos los reyes ingleses hasta casi trescientos años después fueron descendientes de de Juan Sin Tierra.
Bibliografía: Ricardo Corazón de león, el rey Cruzado de Jean Flori, Dan Jones historiador británico y John Gillighan historiador británico.